lunes, 3 de octubre de 2011

SEVEN

Debe ser insostenible eso de tener endemoniado cuerpo y alma, corazón y cerebro, sangre y piel. Asmodeo, Belcebú, Mammon, Belfegor, Amon, Leviatán y Lucifer se enfundan el disfraz -según la ocasión- en la figura del despreciable técnico setubalense, José Mourinho. Un tipo tan insoportable debe ser carne de exorcismo; aunque, a decir verdad, la purga sería más efectiva y segura contratando un asesino a sueldo que descerrajase con siete balazos cada uno de los males que invaden peligrosamente al maligno portugués.



Ira. Portugués, inglés, castellano, italiano y francés. Cinco idiomas dominados por tan afamado políglota. Cinco idiomas que evidencian una falta de respeto al catalán; cuando, es por todos sabido que, en una rueda de prensa de interés nacional, es de imperiosa necesidad el saber expresarse en la lengua materna de una porción del territorio. Entender y contestar, por supuesto. Iracunda muestra de su catalanofobia, rabieta hacia su oscuro pasado de traductor. Una falta de respeto a la torre de Babel.

Soberbia. Arrogante, engreído, ególatra. Capaz de absorber toda la cuota de protagonismo con sus innumerables muecas de desprecio, su irónica sonrisa y su mordaz mirada. Un semblante anodino, mustio y rancio le libraría de este pecado. Vicente del Bosque, Rafa Benítez o Manuel Pellegrini son los ejemplos a seguir. La tibieza gestual es sinónimo de humildad. Debería ser descuartizado junto a Jim Carrey.

Avaricia. Ganar, ganar y ganar. Indigno fin que simboliza la bajeza del abultado saco del manager madridista. Incapaz de pedir perdón cuando gana, burlón cuando golea al rival. Osado al celebrar victorias a domicilio. El episodio de los aspersores es una clara muestra, despreciando –para más inri- al gremio de los jardineros. Merece un lugar en la lista negra de colonizadores portugueses sin escrúpulos.

Gula. Mediáticas barbacoas en tiempos de crisis. Culpable de los kilitos extra de Higuaín para cargarse -al alimón con Florentino- cualquier resquicio de la herencia Calderón. Dicen las malas lenguas que es el principal artífice –con carácter retroactivo- del sobrepeso de Ronaldo o Cassano. Como castigo a su soplo, introdujo la solitaria a Pedro León para que no rindiese en entrenamientos. Fue el inductor de De Gea al robo de un donut.

Pereza. Inculcador del tedio y el sopor. Sus equipos son identificables con múltiples denominaciones: autobús, trivote, catenaccio, esquema ultraconservador, etc. Convierte en pecado capital su gandulería y holgazanería para realizar ataques largos, fútbol pausado, tiki-taka, jogo bonito, etc. Alejado del único patrón válido para alcanzar el fin.

Envidia. Los ácidos dardos que dispara al entorno del FC Barcelona sólo pueden ser fruto de la envidia, y ésta consecuencia de su complejo, pues su sueño frustrado es haber entrenado al único club de juego lícito. La nobleza y el señorío son dos valores que siempre quiso tener y nunca pudo encontrar. Le irrita sobremanera no haber nacido Pep Guardiola y así comedir sus frases. Últimas fuentes apuntan a un plan de envenenamiento al sastre de Guardiola orquestado por Pedro Mendes.

Lujuria. El único pecado mortal de fuentes no contrastables, sólo alimentado de rumores que apuntan a la existencia de una red de chaperos montada en torno al susodicho Pedro Mendes y José Mourinho. Operante en la zona norte del Alentejo, el sur de Madrid y todo el Algarve. Intimida y amedrenta con Pepe.

Del banquillo al camerino: de esta jornada, a destacar: Kaká-Ronaldo el martillo pilón madridista, siguen los problemas en transición defensiva para Mourinho, notable Thiago en Gijón, Bielsa empieza a sumar, rocoso Sevilla ante un Atlético que mereció más, sorprendente co-líder el Levante frente a un Betis al que le faltó suerte…varios apuntes pero una única conclusión: liga entretenida con elevado nivel de los equipos de parte media-alta de la tabla.




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